Por los barrios más pobres
de nuestra Andalucía,
sitiados como ratas
y royendo las sobras
que otros no querían,
la escoria de este pueblo
cargó con el dolor
y de su sufrimiento
dio vida al Flamenco,
como expresión del sentimiento
que el pueblo gitano
guarda en su interior.
Toques de compás
se desgraban por cada provincia
en su peregrinaje,
cantes que al llorar
dieron sin cesar
por cada desprecio
que los malos payos
daban al linaje
de un pueblo calé
que ahora puede ver
como hast en la China
quieren imitar el arte de su baile.
Sin más historias ni más libros
que sus barrios,
Triana y Santa María,
San Miguel o Santiago.
Ven que después de dos siglos
de quebrantos canasteros
de quebrantos canasteros
parece que al fin el mundo
ya se ha decidío concederle un premio,
que yo brindo a la memoria
de aquellos buenos flamencos.
La siguiriya, tonás y fandangos,
o las bulerías no son un retrato
de juergas y fiestas
porque no nacieron de la diversión,
es sólo un llanto por tantos prejuicios
y marginación
de un pueblo excluido por su condición,
y así que, querido paisano,
lo siento por tanto profano,
pero pa este premio
no existe más dueño
que el arte andaluz del gitano.
Comparsa "Pa gustos los Colores" (2011)
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