A mi puerta llamó el amor
y no quise escucharlo y no sé
por qué sangra en mi pecho
el recuerdo de tu amor.
Pregunté a la Luna
si era el amor
lo que brilla en tu sonrisa
con tanta ilusión;
y llorando me confesaba
que quería ser para mí,
y la Luna me contestaba:
para amar hay que sufrir;
y la Luna me contestaba:
yo quisiera ser para ti.
A mi puerta llamó el amor
y le abrí mi pecho con calor
porque dentro de mí estaba
el recuerdo de tu amor.
Pregunté a la Luna
si era el amor
lo que brilla en tu sonrisa
con tanta ilusión;
y llorando me confesaba
que quería ser para mí,
y la Luna me contestaba:
para amar hay que sufrir;
y la Luna me contestaba:
yo quisiera ser para ti.
Triana
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