Tenía yo dos amigos,
fumaban humo de reír
pa cuando estén mu caídos
les volvieran las ganas de vivir.
Un día me los ligaron
por fumar el regalito de Dios,
al que resistió lo mataron
y al otro el juez lo condenó.
¿Pero qué malo hay
en fumar, señor juez?
Vi a un hombre que, estando borracho,
hacía abuso de su autoridad,
y un vecino que en su borrachera
a su señora la mató de una puñalá.
Y unos chicos, que estaban fumando
a pocas manzanas de allí,
a ellos me los encarcelaron
y al vecino le tocó salir.
¿Pero que malo hay
en fumar, señor juez?
Yo sé que llegará el día
en que el hombre pueda hacer
lo que le venga en gana
sin pedir permiso a usted.
Tampoco está muy lejos
el día que vea usted su error
y a esos pobres los suelte
sin que reine el terror.
fumaban humo de reír
pa cuando estén mu caídos
les volvieran las ganas de vivir.
Un día me los ligaron
por fumar el regalito de Dios,
al que resistió lo mataron
y al otro el juez lo condenó.
¿Pero qué malo hay
en fumar, señor juez?
Vi a un hombre que, estando borracho,
hacía abuso de su autoridad,
y un vecino que en su borrachera
a su señora la mató de una puñalá.
Y unos chicos, que estaban fumando
a pocas manzanas de allí,
a ellos me los encarcelaron
y al vecino le tocó salir.
¿Pero que malo hay
en fumar, señor juez?
Yo sé que llegará el día
en que el hombre pueda hacer
lo que le venga en gana
sin pedir permiso a usted.
Tampoco está muy lejos
el día que vea usted su error
y a esos pobres los suelte
sin que reine el terror.
Azahar
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